Se trata de enfermedades virales transmitidas por mosquitos que afectan principalmente a países de la región tropical y subtropical de Asia, África y América. Durante los últimos años se ha establecido como enfermedades virales transmitidas por mosquitos más importantes del continente americano. Su rápida expansión junto al aumento en la morbilidad y mortalidad registradas las han convertido, en la actualidad, en un verdadero problema de salud pública para toda la región.
El ciclo epidemiológico de estas enfermedades incluye al mosquito Aedes aegypti como vector del virus, transportándose desde una persona enferma en periodos de viremia (periodo en el que el virus circula en sangre) hasta otra susceptible. Es un mosquito de tamaño pequeño y de color oscuro, presenta bandas blancas en el cuerpo y las patas muy visibles sobre un fondo oscuro. Al no contar con una vacuna, todas las acciones de prevención están dirigidas a detectar y controlar las poblaciones del mosquito. Estas acciones pueden abordarse desde dos puntos de vista, acciones directas mediante el control químico o biológico de las etapas inmaduras y aplicaciones de rociados especiales para el control del adulto, e indirectas a través de la modificación del ambiente con el objetivo de eliminar o disminuir la cantidad de criaderos disponibles para su desarrollo.
La única forma de prevención es impedir la presencia del mosquito transmisor en las viviendas y cerca de ellas y para evitar convivir con este mosquito deben eliminarse los criaderos de huevos, que son puestos en superficies en contacto con agua estancada, única forma para que el mosquito pueda nacer.
Existen diferentes factores que pueden influir en la presencia del mosquito transmisor y en la propagación de la enfermedad.
Factores geográficos
En Argentina, los factores geográficos juegan un rol clave en la distribución del dengue. La altitud es uno de los elementos determinantes: el mosquito Aedes aegypti no sobrevive a más de 2.500 metros sobre el nivel del mar, por lo que las zonas de altura, como algunas áreas de la región andina, presentan menor riesgo. Sin embargo, en regiones de baja altitud, como el Noreste (NEA) y Noroeste (NOA), el riesgo de transmisión es persistente durante todo el año debido al clima cálido y húmedo.
La latitud también influye: mientras que en el norte del país el dengue es endémico, en las regiones centrales como Córdoba o Buenos Aires, el riesgo es más estacional, limitado principalmente a los meses de verano. Otro factor geográfico relevante es la densidad poblacional. Las zonas urbanas densamente habitadas favorecen la propagación del virus, ya que el mosquito tiene más oportunidades de picar a personas infectadas y luego a personas sanas. Finalmente, la proximidad a países limítrofes donde el dengue es endémico facilita el ingreso de casos importados, que pueden desencadenar brotes locales si el vector está presente.
Factores ambientales
Los factores ambientales son determinantes en el ciclo de vida del mosquito y en la transmisión del virus. La temperatura es quizás el factor más influyente: temperaturas medias y mínimas elevadas aceleran el desarrollo del mosquito y del virus dentro de su organismo, lo que acorta el ciclo de transmisión.
En el entorno urbano, la acumulación de residuos sólidos, la falta de infraestructura para el drenaje de agua, el almacenamiento casero inadecuado de agua y la vegetación descuidada también generan condiciones favorables para la proliferación del vector. Estos factores son más frecuentes en barrios con infraestructura deficiente y bajos recursos.
Factores personales
A nivel individual, ciertos factores personales aumentan el riesgo de contraer dengue o de sufrir complicaciones a causa de la enfermedad. La población de riesgo incluiría a aquellas personas que han tenido infección previa por dengue, embarazadas, pacientes inmunocomprometidos, personas con diabetes o problemas cardiovasculares. Aunque la prevención y la difusión de medidas de cuidado son fundamentales entre los niños, adolescentes y adultos jóvenes, dado que son quienes tienen más exposición al mosquito transmisor.
Factores comunitarios y sociales
El contexto comunitario y social tiene una influencia directa en la propagación del dengue. Las campañas de educación comunitaria y la participación activa de la población en acciones de prevención son fundamentales para eliminar criaderos y reducir los contagios.
Otro factor relevante es la vigilancia epidemiológica y entomológica. La detección temprana de mosquitos y casos de dengue permite actuar rápidamente para evitar la propagación.
Mantené tus datos actualizados para recibir toda la información: