Cada 29 de octubre se conmemora el Día Mundial del Accidente Cerebrovascular (ACV), una fecha instaurada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la World Stroke Organization (WSO) con el propósito de aumentar la conciencia pública sobre esta enfermedad, sus factores de riesgo, las señales de alerta y la importancia de la atención médica inmediata. El ACV es una de las principales causas de muerte y discapacidad en el mundo, pero también es, en gran medida, prevenible y tratable si se actúa a tiempo.
El accidente cerebrovascular ocurre cuando el flujo de sangre hacia una parte del cerebro se interrumpe, lo que provoca la muerte de las células cerebrales por falta de oxígeno. Existen dos tipos principales: el ACV isquémico, causado por la obstrucción de una arteria cerebral, y el ACV hemorrágico, originado por la rotura de un vaso sanguíneo. Ambos requieren atención médica urgente, ya que cada minuto cuenta: se estima que, por cada minuto sin tratamiento, se pierden cerca de dos millones de neuronas.
Los síntomas de un ACV pueden presentarse de forma repentina y deben reconocerse de inmediato. Entre las señales de alarma más comunes están: debilidad o parálisis facial o en un lado del cuerpo, dificultad para hablar o entender, pérdida repentina de la visión, mareos, pérdida del equilibrio o dolor de cabeza intenso sin causa aparente. La campaña internacional promueve el uso de la regla FAST (por sus siglas en inglés: Face, Arms, Speech, Time) o RÁPIDO en español: Rostro caído, Alteración en el habla, Pérdida de fuerza en el brazo, y la Importancia de llamar de inmediato a emergencias.
La prevención es la herramienta más poderosa contra el ACV. Más del 80 % de los casos podría evitarse controlando los factores de riesgo: hipertensión arterial, diabetes, colesterol elevado, tabaquismo, consumo excesivo de alcohol, obesidad y sedentarismo. Mantener una dieta equilibrada, realizar actividad física regular y realizar controles médicos periódicos son hábitos que ayudan significativamente a reducir las probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular.
Este día también busca destacar la rehabilitación y el acompañamiento de las personas que sobreviven a un ACV. Las secuelas pueden afectar la movilidad, el lenguaje, la memoria o las emociones, pero con un tratamiento integral y apoyo familiar, muchas personas logran recuperar su independencia y calidad de vida. En este sentido, el trabajo de neurólogos, fisioterapeutas, fonoaudiólogos, psicólogos y cuidadores resulta fundamental.
Conmemorar el Día Mundial del ACV es una oportunidad para recordar que la detección temprana salva vidas. Difundir información, promover estilos de vida saludables y eliminar el miedo a consultar ante los primeros síntomas son pasos esenciales para reducir el impacto de esta enfermedad. Cada acción cuenta: conocer los signos, actuar rápido y acompañar a quienes atraviesan este desafío es un compromiso de toda la sociedad.
Recordá: Tu salud es lo más importante.
La información que antecede es de carácter informativo y no reemplaza la consulta con el profesional.